Twin pods – 1×03 – Zen, o la habilidad de atrapar a un asesino
Jerry, el hermano de Ben, llega de Paris con baguettes. Hablan de Jack el Tuerto, prostíbulo local. Ben y Jerry, que tienen nombre de marca de helados americana, son unos puteros consumados, y unos psicópatas.

Termina la velada en la casa de los Hayland. Parece ser que James siempre había estado enamorado de Donna. Cuando los padres se van a dormir, James y Donna se lían en el salón. Definitivamente son los padres del año.
Hawk le cuenta a Cooper que vió al hombre manco. A Cooper le pasan una nota por debajo de la puerta de su habitación con el texto “Jack el Tuerto”.
Mike y Bobbie se encuentran con Leo en el bosque. Es donde hacen el intercambio de dinero por drogas. Como falta la mitad del dinero, Leo se enfada y les amenaza con pegarles un tiro con la escopeta. Hay un señor con pasamontañas en las sombras.
Nadine y Ed discuten porque Ed mancha de grasa los rieles que está arreglando Nadine con algodón. Hay que tenerle miedo a Nadine porque está haciendo ejercicio y parece que está super fuerte.
Bobbie va a ver a Shelly a su casa y ve los golpes de la paliza que le dió Leo. Shelly está muy nerviosa porque si Leo les encuentra en casa los mata a los dos.
Ed va a ver a Norma a la cafetería. Son monísimos.
La policía hace una actividad de campo donde Cooper les explica su método. Parece ser que una vez tuvo un sueño y desarrolló una metodología basada en la intuición. Escribe en una pizarra todos los nombres de personas del pueblo que contengan la letra J, letra que aparecía en el diario de Laura, y añaden también el de Jack el Tuerto. Cuando le dicen que es un burdel al otro lado de la frontera con Canadá, tachan el nombre pero se apuntan que tienen que investigar.
Al final consideran que los nombres relevantes son el Dr. Jacoby y Leo Johnson.
Los Hayland están en la cafetería de Norma almorzando después de Misa, y aparece Audrey. Donna habla con ella y Audrey le cuenta que su padre, Ben, y Laura tenían una especie de “conexión”, él le cantaba.
Llegan al pueblo “refuerzos” del FBI para el trabajo forense. Cooper está encantado, aunque el cabecilla es un imbécil.
Nadine descubre que la grasa que derramó Ed en los rieles hace que sean absolutamente silenciosos, y ahora quiere muchísimo a Ed. El Pobre Ed flipa muy fuerte.
El marido de Catherine, que sabe que su mujer es un mal bicho, le da a Josie la llave de la caja fuerte donde se guardan los libros de cuentas, que son una prueba de que se está llevando una doble contabilidad.
Leland baila con la foto de su hija Laura, llorando. Sarah desesperada pierde los nervios. Están muy rotos los dos.
Tomarse la biodramina, que viene lo gordo. Cooper tiene un sueño.
Sueña con el hombre manco, que repite una frase que estaba escrita en una nota que se encontró en la escena del crimen: “fuego camina conmigo”. Habla de que “le tocó el endiablado”, un hombre con un tatuaje en el hombro, que vive entre la gente. Y cuando él, Mike, vió el rostro de dios, se quitó el brazo entero. Dice que “el otro”, el endiablado, se llama Bob. Es el que había visto Sarah en su casa agazapado.
Vemos a Bob diciendo que volverá a matar.
Tras esto, vemos al agente Cooper en “la habitación roja”. Cooper es viejo y hay un señor que cuando la serie salió en el 95 decíamos que era enano, y hoy en día no sabríamos cómo describirlo sin ofender a algún colectivo. Parece ser que el nombre oficial es “el hombre de otro lugar”.

En la habitación roja también hay una mujer. Es Laura Palmer. Tanto este señor bajito como Laura, o una mujer que es como Laura, hablan y se mueven “del revés”.
Este hombre le dice a Cooper varias cosas misteriosas: “Ese chicle que te gusta volverá a ponerse de moda” y que la mujer es su prima, pero que se parece mucho a Laura Palmer.
Cuando Cooper le pregunta a Laura si es ella, dice que cree conocerla, pero que sus brazos a veces se doblan hacia atrás. El otro hombre apunta que ella tiene muchos secretos.
Dice que, de donde son, los pájarso cantan una bonita canción y siempre hay música sonando.
Mientras el hombre se pone a bailar, Laura se acerca a Cooper, le da un beso y le cuenta un secreto al oído. Cooper en ese momento se despierta y llama al Sheriff Truman. Dice saber quién ha matado a Laura Palmer.